miércoles, 17 de septiembre de 2008

el abogado, el maletin, el paraguas, el enano y su muletita

El abogado sale de su auto esa mañana y se felicita de ser precavido y llevar paraguas, afuera llueve torrencialmente y no pretende mojarse, de traje impecable, con su maletín en la mano encara la esquina fatídica de la bocacalle tapada, donde siempre suele inundarse de lado a lado, frente a este panorama siente que alguien, una voz, que el cree primero de su conciencia (luego recuerda que es abogado y que carece de ello), que lo llama y le dice -disculpe, me podría ayudar a cruzar-, baja la mirada y descubre que un colega de menos de un metro, con dos pequeñas muletas era el solicitante de tal petición, la escena que sigue, el abogado bajo el brazo izquierdo su maletín, en la mano izquierda su flamante paraguas, bajo el brazo derecho el medio colega con muletas y todo, y en su mano derecha sus zapatos con sus medias dentro para no mojaralas, pantalón del traje arremangado hasta la rodilla, inicia la marcha, en mitad de la laguna, una de las pequeñas muletas se resbala y la correntada comienza a arrastrarla, al llegar a las escalinatas del palacio de justicia, el medio colega comienza a insultarlo al otro por no cuidar de su muleta, es mas por no ir detrás de ella, así es que este abogado a estas alturas se preguntaba si todavía era afortunado, deja al colega, su maletín, sus zapatos, y el paraguas, y corre aguas abajo y vuelve victorioso, y EMPAPADO, el medio colega, ni las gracias le dio y se marcho al grito de LA CONCHHATUMAAAAAA. Perro día pensó el abogado, chorreando una gota de su nariz, encima este escrito hoy no vence

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